gervasio, recorre su territorio innumerables veces en el día, marca lugares con su orín, corre algún pájaro, le ladra a otros perros que pasen cerca de sus límites, olfatea cada rincón, cada pasto, cada rama que encuentre en su camino, rescata huesos enterrados, juega a perseguir ranas, langostas, mariposas, insectos de todo tipo; como es juguetón y parte de su propio territorio, sus ojos no tienen vedado el ingreso al hogar de los duendes, y ellos, los gnomos, las hadas, los elfos, no tienen prohibido viajar agarrados a su cola.
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