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martes, 9 de septiembre de 2008

mojando teclados

de chico me decían "lagrimita en el estuche"porque lloraba por cualquier cosa; ahora, ya bastante grande, lo sigo haciendo cada vez que me emociono con una situación o un recuerdo.
En cambio, mi madre decía que no podía llorar aún en las situaciones más sentidas por ella. Pero en el momento en que se estaba llendo de esta vida que ya no quería, teniendo las manos tomadas por los dos hijos que tenía en ese instante cerca suyo, rodó por su mejilla una sola lágrima. Tal vez la única que le quedaba en su estuche y que guardó celosamente para ese momento.

1 comentario:

Anónimo dijo...

un beso para mi tío.