apenas llegué a la chacra, vecinos solícitos se acercaron, poniéndose a la orden; uno de ellos, don elbio, venía casi todos los días, contándome historias que, a fuerza de repetición, se fundieron en mi mente y corazón.
una de estas, apareció en mis juguetes:
Sus vidas, habían transcurrido siempre en la estancia, pero
se sabe, no se alimenta a un animal si no cumple una función útil.
La doña le dijo, mancuello, ese perro ya no siente si pasan
la portera, y el gato no atrapa ratones en las noches.
Los dejaron abandonados en una tapera, lejos de las casas.
La noche, sin luna, era oscura, un cristiano no veía la
punta de su naríz.
Bien entrada la noche, el perro se sobresaltó.
amigo, siento un
ruido, y nosotros acá solitos, el gato subió al techo ( aunque ya no existía) y
lo tranquilizó.
Compañero, usted ubica la chacra de los Moreira?.
Claro, dijo el can, a 10 kmts. De aquí, donde sale el camino
pa andreoni.
Bueno, es solamente una hoja del ombú, que va cayendo con el
viento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario