baja economía, alta en ideas

año 2002, plena crísis económica en uruguay, club de trueque, alguién me pide trocar lo que hacía por un ajedrez, el sueño de su vida, imagino el juego en una plaza pública, reyes-jubilados, peones-palomas, caballos-perros, torres-arbolitos, alfiles-faroles, un monumento en medio de la plaza, dentro de él un cronómetro, bancos a los lados donde se sentarán las piezas que van abandonando la partida, mirando comodamente el avance de sus compañeros.

7 los gatos y ... las guitarras

cuantas vidas tienen las cosas?, una pequeña guitarra que habrá pulsado algún niño, alguién la trajo un día para que yo la utilizara en un traje de la antimurga BCG, o tal vez la encontré en una feria, no lo recuerdo, si doy fé que conoció tablados y otros niños la tocaron, mientras les pintaba la cara, durmió un largo sueño en el sótano de casa, ahora muestra una nueva cara, viaja a U.S.A., donde irá luego?, lo del principio, cuantas vidas tendrá?

engañosos recuerdos

carlos recorre la feria, carpeta bajo el brazo, vende láminas y planos, muchas veces se para a ver mis juguetes, un día me trae una jaula antigua, unos relojes, y pide que le haga algo basado en el cuento del mono relojero; busco en mis recuerdos, creo ver un mono pícaro que crea desorden en la relojería de su amo, vuelvo a leer el cuento, ahora con ojos adultos, en parte está la picardía, pero el fondo de la historia es más cruel, va pasando distintas etapas, en todas esclavizado, cuando es libre intenta vivir sometiendo a otros, termina trabajando encadenado.

ruta 66

un niño, un gusto por los camiones, una necesidad, una lámpara de pie que lo ilumine cerca de su cama, unos padres que me dan total libertad para crear, hay que juntar estos ingredientes, y a disfrutar; a mi juego me llamaron, no me hago rogar, la vida sigue proporcionándome alegrías, y yo trato de compartirlas.

la paja en el ojo ajeno

en estos tiempos de cambio climático brusco, hemos tenido vientos huracanados, tornados, lluvias copiosas, tormentas eléctricas, principal responsable, san pedro, para colmo voyeurista, con la escusa de manejar las llaves del cielo, antes de abrir mira por la cerradura, y nos ve como dios nos trajo al mundo, porque así quedamos después de sufrir los desastres, de los cuales, como he dicho, no somos para nada responsables.