una amiga teatralizaba un cuento, quedó siempre en mi memoria, una serie de animales departían al pie de un árbol, guareciéndose de la lluvia, salió el sol y se formó el arcoiris, aquellos que podían subir hasta la cima del árbol lo hicieron y bajaron contando maravillas de lo visto, lamentando, en tono sobrador, que el sapo y el peludo no lo hubieran disfrutado; ambos callados escucharon con aparente frialdad, luego el sapo dijo de manera natural: el arcoiris!, lo pinté yo!, y comenzó a contar la historia de aventuras junto a su amigo el peludo hasta llegar al lugar donde nace el arcoiris, eligió los 7 sapos más saltarines, les dio un tarro de pintura diferente y un pincel a cada uno, dió la orden de saltar a la vez a los 7 y así SE PINTÓ EL ARCOIRIS.
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