ahora quedan pocos lustrabotas, pero algunos todavía recorren las calles de montevideo o se instalan en una plaza. De todos modos, al igual que otros oficios , van desapareciendo y sus cajones se encuentran a la venta en las ferias. En una de ellas encontré éste que me serviría para imaginar un juguete que podría llamar "zapatero a tus zapatos" o "la princesa y el lustrabotas" en un título más cinematográfico. Se fue formando entre el maderío de la mesada de trabajo, y como de un trabajador era, lleva en su interior bolsitas con materiales diversos de lo que yo uso para que quién lo lleve a su casa pueda armar otros juguetes. Mañana parte para la Pedrera y de allí seguirá rodando por este mundo como abrá rodado antes bajo infinidad de zapatos que pidieron su servicio para brillar por la vida.
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